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Más de 100 Años Caminando Contigo Más de 100 Años Caminando Contigo

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Así comenzó todo

La historia de El Oso comienza a inicios del siglo XX con Don Prisciliano Pérez Buenrostro, originario de Jalpan, Querétaro, quien llegó a la Ciudad de México con espíritu emprendedor y una visión clara: construir algo propio. Sus primeros pasos los dio como fotógrafo popular en el Zoológico de Chapultepec, donde fue testigo de la llegada del primer oso polar al parque. Esa imagen, poderosa y simbólica, se convertiría años después en inspiración para dar nombre a la empresa.

Motivado por su afán de superación, Don Prisciliano se adentró en el mundo del comercio como ayudante en una ferretería, donde conoció de cerca la fabricación artesanal de grasas y betunes para calzado. Inconforme con lo existente, comenzó a experimentar con fórmulas propias, hasta perfeccionar una mezcla ideal que no solo limpiaba, sino protegía y embellecía el calzado como ningún otro producto en el mercado.

En 1918 estableció su primera fábrica, y fue el 6 de enero de 1922 cuando El Oso se constituyó formalmente en el corazón de la Ciudad de México, convirtiéndose con el tiempo en una de las marcas más reconocidas del cuidado del calzado en México.

El Oso hoy: Orgullo mexicano, calidad que cruza fronteras

Hoy, El Oso es una empresa 100% mexicana con presencia en todo el país y exportaciones a destinos como Estados Unidos, Cuba, Francia, Noruega y Japón. Nuestra planta de producción se ubica en Culhuacán, CDMX, donde mantenemos vivo el espíritu de excelencia que nos dio origen.

Seguimos innovando, desarrollando nuevos envases y fórmulas, y construyendo el futuro con la misma convicción con la que un día Don Prisciliano soñó algo más grande.

Somos más que betún. Somos una historia de superación, trabajo honesto y tradición que camina con México desde hace más de un siglo.



Así comenzó todo

La historia de El Oso comienza a inicios del siglo XX con Don Prisciliano Pérez Buenrostro, originario de Jalpan, Querétaro, quien llegó a la Ciudad de México con espíritu emprendedor y una visión clara: construir algo propio. Sus primeros pasos los dio como fotógrafo popular en el Zoológico de Chapultepec, donde fue testigo de la llegada del primer oso polar al parque. Esa imagen, poderosa y simbólica, se convertiría años después en inspiración para dar nombre a la empresa.

Motivado por su afán de superación, Don Prisciliano se adentró en el mundo del comercio como ayudante en una ferretería, donde conoció de cerca la fabricación artesanal de grasas y betunes para calzado. Inconforme con lo existente, comenzó a experimentar con fórmulas propias, hasta perfeccionar una mezcla ideal que no solo limpiaba, sino protegía y embellecía el calzado como ningún otro producto en el mercado.

En 1918 estableció su primera fábrica, y fue el 6 de enero de 1922 cuando El Oso se constituyó formalmente en el corazón de la Ciudad de México, convirtiéndose con el tiempo en una de las marcas más reconocidas del cuidado del calzado en México.

El Oso hoy: Orgullo mexicano, calidad que cruza fronteras

Hoy, El Oso es una empresa 100% mexicana con presencia en todo el país y exportaciones a destinos como Estados Unidos, Cuba, Francia, Noruega y Japón. Nuestra planta de producción se ubica en Culhuacán, CDMX, donde mantenemos vivo el espíritu de excelencia que nos dio origen.

Seguimos innovando, desarrollando nuevos envases y fórmulas, y construyendo el futuro con la misma convicción con la que un día Don Prisciliano soñó algo más grande.

Somos más que betún. Somos una historia de superación, trabajo honesto y tradición que camina con México desde hace más de un siglo.



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